13/6/12

Buenos días, buenas tardes, buenas noches quiero darte.

¿Sabes cuál es mi truco para levantarme cada mañana? Fácil. Pienso en ti. En que quizás, un día aquel sueño en el que tú aparecías, no acabará cuando abra los ojos. El pensar que tal vez queda un día menos para dormirme en tu pecho una noche cualquiera, sin preocupacioes, sin miedos, es lo que me da fuerzas un día más. Tan solo quiero quedarme dormida una noche con la certeza de que serás lo primero que vea cuando vuelva a abrir los ojos. Únicamente pido que sean tus manos las que me despierten, y no la claridad de la mañana. Que tus labios sean mi desayuno, y tus ojos me den los buenos días. Que lo primero que escuche cada día, sea tu voz recordandome que me quieres y que yo siga poniendome nerviosa al sentir tu aliento, aunque hayan pasado años. Ese despertar nunca se convertiría en rutina. Tú siempre consigues hacer que cada día tenga algo diferente. Quiero que me des tus buenos días, pero solo si también me das tus buenas tardes y las mejores noches. Que cada domingo, al despertar, escondas el sol entre las cortinas para que no nos moleste mientras nos amamos durante el resto del día en ese viejo pero cómodo colchón. Me comeré el mundo cada día, empezando por ti y acabando en el mismo sitio. Haremos de tu habitación un universo y cada amanecer será el reflejo de la luz en tus ojos.
Porque a pesar de la los kilómetros entre nosotros ahora, un día, lo único que nos separará serán estas sábanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario