4/1/14

Nunca, hasta ese momento, se ha dado tanta cuenta de que está solo.
Solo. Y se cubre de espanto.
Aprieta los puños.
El espanto no mengua.
Aprieta los dientes.
El espanto no mengua.
Se caga en todo, en sus muertos, en la vida, en su suerte, en su mal fario, en su miedo, en su destino, en su cárcel, en sus propios huesos, en todo, en todo, en todo.
Se caga en todo y el espanto no mengua.



Este fragmento pertenece al libro juvenil Parco del autor Jordi Sierra i Fabra.

9/9/13

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz...

Podría decir con seguridad que eres de las personas a las que más debo y a las que más necesito a día de hoy y en un futuro seguramente también. 
Y llamame pesada, repetitiva, tonta... pero hasta quedarme sin voz te daré las gracias. Te quiero, Ainhoa. Te quiero muchísimo. No podría permitirme jamás el perderte. No podría permitir que te perdieses. Y aunque sé que no siempre tengo las palabras adecuadas para frenar tus caídas, te juro que estar, estaré siempre. Y siempre nos levantaremos juntas de cada golpe, ¿recuerdas? De la mano. Que mi camino no lo sigo si miro a mi lado y no te veo, me niego.
Nos espera un año duro, un ano donde hablaremos seguramente poco, pero en tus momentos de flaqueza, cuando ya ni confíes en ti misma, estaré aquí. Y si no puedo estar en ese momento, lee esto. Recogelo todo en una nota, o pídemelo luego. Para que lo leas cada vez que no puedas más, para tener un respaldo donde apoyarte cuando las piernas o el corazón se cansen de continuar. Cuando el dolor sea demasiado, hay alguien que, desde Madrid, te pondrá anestesia.
Espero que hayas tenido y tengas el cumpleaños que te mereces y que, tengas también, la felicidad que nadie más se ha ganado.
Porque tú, y no seré la primera ni la última que te lo dice, tendrías que tener una sonrisa tan grande como tu corazón (aunque no haya tanto espacio en la boca).
Nunca olvides que tu hermana de corazón está celebrando este día contigo, a cada segundo. Que nada ni nadie te estropee tu día.
Que el mundo calle, que hoy mandas tú.
Te quiero mucho, Ainhoa, feliz cumpleaños y que sean los mejores 17 años que el universo jamás ha presenciado.

6/8/13

Quiéreme si te atreves.

«Y entonces vino lo peor: nada.
Nada de nada durante lo que me parecieron diez años, nada durante 3.652 días y 3.653 noches.
Se acabó el juego, los juegos, la sal de mi existencia. He equivocado mi vida como los protagonistas de las tragedias de Jean Racine.
¿Dónde estoy? ¿Qué he hecho? ¿Qué debo hacer ahora? ¿Qué arrebato me arrastra? ¿Qué dolor me atenaza?
No puedo saber si debo amar u odiar.
Él me ha matado, asesinado, degollado, follado, y muchas otras rimas tontas.
Hasta que acabé por considerarlo parte del pasado; y por conformarme con la insípida felicidad de mi existencia.

Hasta que una noche decidiste regresar, y saboreé de nuevo la verdadera felicidad...
Felicidad en estado puro, bruto, natural, volcánico, ¡Grandioso!
Era lo mejor del mundo... Mejor que la droga, mejor que la heroína, mejor que la coca, crack, porros, hierba, marihuana, éxtasis, canutos, anfetas, tripis, ácidos, LSD.
Mejor que el sexo, que un orgasmo, que un 69, una orgía, el kamasutra, las bolas chinas. Mejor que la comida y la mantequilla de maní que comía de pequeña.
Mejor que la trilogía de George Lucas, que el fin del milenio. Mejor que los andares de Emma Pill, el baile de Marilyn Monroe, la Pitufina, Naomi Campbell y que el lunar de Cindy Crawford.
Mejor que la cara B de Abbey Road, que los solos de Jimi Hendrix.
Mejor que el pequeño paso de Neil Armstrong sobre la Luna, el Space Mountain, Papá Noel, la fortuna de Bill Gates, los trances del Dalai Lama, las experiencias cercanas a la muerte, la resurrección de Lázaro.
Mejor que la testosterona de Arnold Schwarzenegger o el colágeno de los labios de Pamela Anderson. Mejor que Woodstock y las rages más orgásmicas... Mejor que las drogas del Marqués de Sade, Arthur Rimbaud, Jim Morrison y Castaneda.

Mejor que la libertad. Mejor que la vida».