Me encanta cuando me sorprendes a cualquier hora con un ''te quiero''. Me encanta cuando intentas picarme, para después abrazarme y recordarme que me necesitas. Adoro cuando fingo enfadarme y tú me buscas las cosquillas, porque dices que te encanta mi risa. Me gusta cuando me besas el cuello y la espalda, provocando en mi un escalofrío que nunca antes había experimentado. Es increíble la forma ''tan tuya'' de saber hacerme sentir bien. Me encanta hasta el blanco de tus ojos, el olor a ti que aún recorre mis sábanas, que inhunda mi habitación. Me encanta esta sensación de que serás para siempre.
¿Lo has entendido? Bien, pues ahora viene lo mejor.
No quiero que me digas te quiero, nunca más, no quiero que me saques esas típicas sonrisas de adolescente enamorada. No quiero volver a sentir el roce de tus labios ni recordarte cada vez que alguien pasa con tu mismo perfume. Aunque si me hubiese gustado que fueses para siempre. Pero se acabó, no me hables nunca más. Y si alguna vez no puedo resistirme y te hablo yo, haz que te odie. Ignorame, se un borde, haz que dejes de importarme tanto hasta tal punto que no recuerde como era vivir sin ti.
No puedo seguir así, esto me está matando.
Si me quisiste alguna vez, ayúdame, tengo que odiarte para poder olvidarte.
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