+ ¿Por qué le sigues el royo? Déjalo, pasa de él, ya se cansara de hacer tonterias, ¿no?
- No puedo...
+ ¿Pero por qué? Al final con las bromitas de manos lo único que vais a conseguir es acabar mal...
- Ya, pero me da igual...
+ ¿Por qué? No te entiendo.
- ¿Quieres saberlo?
+ Me encantaria.
- Pues mira, me gusta picarle, me gusta hacerlo enrrabietar, me gusta
que nos peguemos de broma, me gusta estar con él, me gusta que se eche encima mía, aunque sólo sea de broma... Es que me gusta estar
junto a él, me gusta sentirme cerca...porque cuando estoy con él
peleandonos de broma, es cómo si el mundo se parase, cómo si sólo
existieramos él y yo, es cómo si para él ni para mi existieran más
personas... Cómo si estubiera en el paraiso y sólo porque estoy
cerca de él...por eso le sigo el juego.
+ No me digas que...
- Si, lo sigo queriendo , porque lo que yo siento por él es muchisimo
más fuerte que cualquier amor de juguete... porque sí, en muchos momentos
lo odio, me gustaria matarlo, pegarle...pero nunca me lo puedo sacar
de la cabeza. Porque es muy especial para mí, aunque tambien muchas
veces sea al que más odie en ese momento. Si, y yo creo que ya es hora
de que te diga que me he enamorado de él hasta un punto de que me
duele querelo tanto, y hasta el punto de que sólo lo quiero para
mí, y para nadie más. ¿Y sabes qué es lo que más me duele? Que él ya no sienta lo mismo por mí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario