Noches.

Noches eternas. Noches llenas de sueños, ilusiones. Noches en las que las estrellas brillan con más fuerza de la habitual. Noches en las que tú no estás aquí, pero te siento más cerca que nunca. Noches. Sueños. Miradas. Recuerdos. Sonrisas que se pierden en el cielo con la esperanza de ser encontradas por tu mirada y que las respondas. Noches en las que la cama parece más grande. Noches donde me resguardo justo en el centro de este colchón, abrazando a la almohada y sonriendo como una estúpida enamorada. Noches de mariposas reviviendo. Vuelvo a sentirlas revolotear y esos escalofríos que recorren cada poro de mi piel no me dejan dormir. Noches. ¿No está preciosa hoy la luna? Solo faltas tú para hacer de esta, otra noche mágica. ¿Dónde estás? No me importa. Seguiré esperándote aquí, junto a mis ilusiones y una sonrisa para iluminarte cuando la tuya se apague. Lo sé, no brillan con la misma intensidad, pero será lo suficiente para poder ver que eres real, que estás a mi lado y que todas estas noches en soledad han merecido la pena.
Ven, que nos esperan las estrellas otra noche más. Y otra. Otra. Y una más. Y así el resto de nuestras vidas, restándole importancia a los días. Hasta que tú quieras, porque yo no me cansaría nunca de soñar a tu lado.